Me incitas viajes en tren, besos en el cuello, caminatas eternas, y tardes ansiosas; se me antoja contigo ser romántica, rozando lo insoportable. Compraremos una casa de madera y vacacionaremos en Marte.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo las planillas y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme '¿Qué tal?' y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
Mario Benedetti.
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